La muerte de una niña de 2
años, asfixiada por una serpiente pitón, que se había escapado de su jaula, en
Julio del 2009, sirvió para alertar a la comunidad de la Florida, sobre el
peligro de cobijar en los hogares, especies
exóticas invasoras como mascotas. Desde hace tiempo la pitón birmana, al
escapar o ser liberada irresponsablemente por sus dueños, ha venido tomando
como su nuevo hábitat no sólo los humedales de los Everglades, sino también las
fincas, casas y terrenos cercanos.
Recordemos algunos de los
múltiples casos reseñados ampliamente por la prensa local, donde han estado
involucrados estos ofidios. En octubre del 2005, una pitón de 4 metros de largo
y un caimán de 2 metros tuvieron un encuentro mortal en el Parque Nacional los
Everglades y en octubre del 2011 capturaron una pitón de 5 metros que se había
tragado un venado de 34 kilos, hechos que constituyen un claro ejemplo de la
amenaza que acecha a las especies nativas.
. Este diciembre los residentes de una casa en el suroeste, tuvieron una
desagradable sorpresa navideña, cuando encontraron una inmensa serpiente pitón
bañándose plácidamente en la piscina familiar.
Ante esta peligrosa situación,
se ha autorizado la cacería de las serpientes, el pago de 100 dólares por una
licencia anual a los dueños, así como el implante de microchips, para poder
rastrearlas en caso de fuga. Estas medidas han dado resultados positivos, pero
es necesaria una urgente legislación para regular el tráfico, la tenencia y el
abandono de estas especies que nos invaden, pues no quisiera algún día
enfrentarme a una exótica pitón invasora debajo de mis sábanas.
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