Thursday, June 5, 2014

DETENGAMOS LA EJECUCION DE MERIAN


Merian Yehya Ibrahim enfrenta la pena de muerte decretada por las autoridades religiosas de Sudán. Esta desdichada mujer de 27 años de edad,  de madre cristiana y padre musulmán, con 8 meses de embarazo y educada en la fe cristiana, está sentenciada a morir en la horca por el delito de apostasía, no sin antes recibir 100 latigazos como castigo por un adulterio que no cometió. Antes de serle impuesta la sentencia, el tribunal le dió la oportunidad de ser indultada si abandonaba sus convicciones, a lo cual se negó de manera tajante. Merian es una presa de conciencia, condenada por sus creencias religiosas en una república árabe, donde el islam es la religión que prevalece y las violaciones a los derechos humanos son constantes. Su esposo quien también es cristiano, se encuentra desesperado y atado de manos ante este caso de intolerancia. Luego de múltiples pedidos el gobierno le permitió visitarla en la prisión donde se encuentra encadenada; con ella está su hijo de 18 meses, producto de la unión matrimonial de ambos. La organización Amnistía Internacional y grupos que luchan por los derechos humanos, han comenzado una campaña para lograr la suspensión de esta cruel sentencia y la liberación immediata de Merian, quien sigue renuénte a renunciar a las creencias cristianas en la que fue adoctrinada. El mundo entero debe sumarse a esta señal de auxilio y solidarizarse con esta valiente mujer que se mantiene firme, orándole confiada a su Padre que está en los cielos, para que le de nuevas fuerzas.

Tuesday, June 3, 2014

CAZAR EN VENEZUELA

                    

La cacería ha sido considerada fuente alimenticia en las sociedades primitivas, deporte extremo en la contemporánea y actividad antinatural por los grupos conservacionistas. En Venezuela el cazar se ha convertido en un oficio de subsistencia cotidiano, en el país bolivariano no es extraño que antes que el sol despunte, un grupo de vecinas se reunan a planificar la riesgosa aventura de salir como expedicionarias a la selva de concreto y asfalto en busca de la presa codiciada. Armadas con zapatos cómodos, gorra, ropa ligera, dinero en efectivo bien oculto, para evitar ser víctimas de un violento despojo y portando morrales contentivos de una guía con la ruta a tomar, suficiente provisión de agua potable, protector solar o paraguas según el estado del tiempo, lápiz y un cuaderno de anotaciones; las cuatro amas de casa, antes de partir, se reparten las zonas de acuerdo a los puntos cardinales y quedan de acuerdo en reunirse nuevamente para compartir las experiencias y mostrar los trofeos capturados. Al regresar, con el ocaso del sol, cada una exhibe ufana los trofeos apresados, María Emilia fue afortunada pues después de recorrer 20 sitios de abastecimiento logró “cazar” una pechuga de pollo, la cual será desmenuzada y compartida con su esposo y dos hijos. Rosa Virginia quien se dirigió hacia el sur estuvo a punto de ser agredida por una turba enfurecida que se disputaba los últimos 3 kilos de carne de molida grasienta. Ana Teresa logró 2 costillas de puerco luego de sobornar al chino del abasto, mientras que Ligia Helena estaba feliz con los huesos y las vísceras que pudo conseguir. La cacería es el nuevo denigrante oficio en pleno socialismo del siglo 21, con humor el venezolano se burla del desabastecimiento al cual es sometido cuando sale a apresar con maña un trozo de pollo, res o cerdo en los mostradores vacíos.