Mucho lo siento sr. presidente, pero volvemos a discrepar, ud. puede que tenga a la armada venezolana en el corazón y en el pensamiento y que bien quisiera tenerla atada de manos y guardada en su bolsillo, pero el ejército no lo tiene a ud. en la raíz como afirma, por la sencilla razón que la institución castrense sigue perteneciéndo a ese pobre, rico país bolivariano que está en el suelo, convertido en ruinas y no de pie como constantemente lo pregona.
La fuerza armada durante la independencia era patriota y no bolivariana, aún cuando Simón Bolivar era su comandante en jefe y luchaba contra un ejército realista, defensor de los intereses de la corona española. Una armada puede ser imperial o popular, de tendencia socialista, marxista, lenilista o de corriente democrática, pero una fuerza militar no puede ser propiedad del gobernante de turno. Se imagina ud. una armada obamista, bacheletista, uribista, moralista o lulista. Las fuerzas armadas se crearon en el mundo para defender el terrirorio patrio de amenazas externas y no para colocarla al lado de ideologías personalistas internas. Lo siento mucho presidente Chávez, ud. pretende que los militares comulgen con su proyecto politico iniciado un fatídico 4 de febrero y aunque algunos oficiales, motivados por oscuros intereses, vociferan estar casados con su revolución, le recuerdo comandante, que la fuerza armada es y seguirá siendo de la patria, pero jamás de los jamáses será chavista.
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