Joseph Kony es el lider de una cruenta guerrilla ugandesa que tiene aterrorizada una remota región Africana. Desde que estalló su rebelión, el Ejército de Liberación del Señor (LRA por sus siglas en inglés), ha ganado reputación por sus criminales acciones contra los habitantes de varios paises. Las brutales hordas han reclutado y forzado a los niños a pelear para ellos, obligándolos inclusive a matar a su propia familia, mientras que las niñas son violadas y utilizadas como esclavas sexuales para recompensar a los comandantes. Debido a la salvaje violencia con la que actua el ejército, más de 2 millones de civiles se han desplazado huyendo del terror de ser asesinados, mutilados, violados y en algunos casos víctimas de canibalismo. Kony ha estado huyendo desde que fue acusado en el 2005 de crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional de la Haya y ha podido evadir habilmente su captura en la espesura de la selva. Kony estuvo viviendo en el anonimáto hasta que un cortometraje titulado Kony 2012, realizado por Jason Russell, como parte de la campaña del grupo Niños Invisibles, sacó a relucir las graves violaciones a los derechos humanos. La opinión internacional se encuentra dividida ante el manejo de la organización encabezada por Russell, pero lo importante de su iniciativa es que logró por medio de la Internet, informar al mundo de las fechorias cometidas por Kony y sus secuaces. Recientemente los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas volvieron a condenar enérgicamente las acciones de la guerrilla en Uganda, exigiéndo que los irregulares depongan las armas y se capture a su cabecilla para someterlo a juicio. En las manos del mundo está detener a este monstruo para que la sonrisa de miles de niños se haga visible.
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