Vuelvo a romper mi promesa de
no escribir sobre el presidente venezolano, preferiría no desperdiciar tanta
tinta y utilizarla más bien en la defensa del amenazado ambiente, pero es que
Chávez en su prolongado, constante y vacío discurso, lanza reflexiones que se
aproximan al increíble y alucinante
mundo del “aunque usted no lo crea” y por más que procuro obviar sus
comentarios, mi mente no deja de pensar en sus afirmaciones y para no explotar
internamente, me veo en la inevitable necesidad de relatarlas.
Para el presidente, todos los
males de nuestro agitado mundo provienen del capitalismo salvaje, los Estados
Unidos son los culpables que no haya vida en Marte, que los huracanes,
terremotos, tormentas, sequías e inundaciones que castigan la zona del mar
Caribe, no son fenómenos de la naturaleza, sino producto de la alta tecnología
norteamericana, que las enfermedades como la epidemia de dengue hemorrágico que
causó miles de muertes en Cuba, fue provocado por armas bacteriológicas “ Made
in USA”.
Ahora el mandatario se
pregunta si sería posible que alguien hubiera desarrollado una técnica para
inducir o producir cáncer en líderes de América Latina, que él no quería hacer
acusaciones, pero resultaba sumamente extraño el diagnóstico positivo en Luiz
Inácio da Silva, Fernando Lugo, Cristina
de Kirchner y en él mismo.
Con todo el respeto y deseándole mejoría, le
recuerdo señor presidente, que esa terrible enfermedad no es contagiosa y que sólo a los animales se
les induce el cáncer en laboratorios especializados y bajo la guía de
brillantes científicos, quienes desesperadamente buscan la cura a ese flagelo.
Mencionemos igualmente que es imposible acercársele a usted para inducirle un
cáncer, debido a los cerrados anillos de seguridad cubana que le rodean y que
su cuerpo sólo es tocado por médicos en la isla y nunca por manos
imperialistas. Cuídese presidente y por favor no le siga induciendo a Evo
Morales, Daniel Ortega y Rafael Correa ese tumor maligno llamado socialismo.
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