El 20 de Julio de 1969 me encontraba junto a mi padre frente al televisor, presenciando en silencio, como hipnotizado, la imágen en blanco y negro, con algunos defectos de origen, de la llegada del hombre a la Luna. La carrera espacial era superada con creces por la Unión Soviética, nación que logró en 1957 lanzar el Sputnik, su primer satélite no tripulado, para después colocar al primer ser vivo en órbita, una graciosa perrita llamada Laika, cuyo nombre fue conferido a un buen número de canes nacidos en esa época. En abril de 1961 el cosmonuta Yuri Gagarin se convierte en el primer ser humano en viajar al espacio abordo de la nave Vostok 1. A partir de ese momento, en plena guerra fría, la era especial sufrió un gran cambio, la NASA, impulsada por el presidente Kennedy, decidió tomar la delantera en la competencia por la supremacía cientifica y estratégica. Ese 20 de Julio, el módulo lunar tripulado por Edwin Aldrin, Michael Collins y Neil Armstrong se posó en el mar de la Tranquilidad, al descender Armstrong de la nave, millones de personas boquiabiertas escucharon la sentencia que lo inmortalizara: “Es un pequeño paso para el hombre y un salto gigante para la humanidad”. Sobre la autenticidad del alunizaje circularon encontradas versiones, que la NASA no estaba lo suficientemente preparada para esa misión o que las imágenes transmitidas fueron las pregrabadas durante las pruebas en los laboratorios. Después de 43 años de la caminata que sacudió al mundo, Armstrong, el heroe humilde, espíritu de la conquista espacial, fallece a los 82 años de edad, por complicaciones tras ser operado del corazón, los Estados Unidos lloran el último despegue terrenal de este hombre modesto, alérgico a la gloria, ícono de la odisea sideral. La partida será sencilla como su vuelo por esta vida, su huella, como la dejada en la superficie lunar será herencia perpetua para la humanidad. La familia pide con humildad que “La proxima vez que anden por la calle en una noche de luna y esta les sonría, piensen en Neil y háganle un guiño”.
Sunday, April 21, 2013
EL PRIMER HOMBRE EN LA LUNA
El 20 de Julio de 1969 me encontraba junto a mi padre frente al televisor, presenciando en silencio, como hipnotizado, la imágen en blanco y negro, con algunos defectos de origen, de la llegada del hombre a la Luna. La carrera espacial era superada con creces por la Unión Soviética, nación que logró en 1957 lanzar el Sputnik, su primer satélite no tripulado, para después colocar al primer ser vivo en órbita, una graciosa perrita llamada Laika, cuyo nombre fue conferido a un buen número de canes nacidos en esa época. En abril de 1961 el cosmonuta Yuri Gagarin se convierte en el primer ser humano en viajar al espacio abordo de la nave Vostok 1. A partir de ese momento, en plena guerra fría, la era especial sufrió un gran cambio, la NASA, impulsada por el presidente Kennedy, decidió tomar la delantera en la competencia por la supremacía cientifica y estratégica. Ese 20 de Julio, el módulo lunar tripulado por Edwin Aldrin, Michael Collins y Neil Armstrong se posó en el mar de la Tranquilidad, al descender Armstrong de la nave, millones de personas boquiabiertas escucharon la sentencia que lo inmortalizara: “Es un pequeño paso para el hombre y un salto gigante para la humanidad”. Sobre la autenticidad del alunizaje circularon encontradas versiones, que la NASA no estaba lo suficientemente preparada para esa misión o que las imágenes transmitidas fueron las pregrabadas durante las pruebas en los laboratorios. Después de 43 años de la caminata que sacudió al mundo, Armstrong, el heroe humilde, espíritu de la conquista espacial, fallece a los 82 años de edad, por complicaciones tras ser operado del corazón, los Estados Unidos lloran el último despegue terrenal de este hombre modesto, alérgico a la gloria, ícono de la odisea sideral. La partida será sencilla como su vuelo por esta vida, su huella, como la dejada en la superficie lunar será herencia perpetua para la humanidad. La familia pide con humildad que “La proxima vez que anden por la calle en una noche de luna y esta les sonría, piensen en Neil y háganle un guiño”.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment