Saturday, January 20, 2018

Acoso sexual




El poder le ofrece a quien lo detenta ventajas para abusar de las personas que están supeditadas a la jerarquía. Son comunes los casos de desagradables insinuaciones, chantajes, contactos físicos no deseados, solicitudes de favores sexuales, abusos serios o violaciones en la calle, en las relaciones de trabajo, académicas, religiosas, estudiantiles u hogareñas, acciones que dejan en las víctimas vergüenza, temor, rabia y rencor, dolorosas secuelas que persisten por largo tiempo en la vida de las hostigadas.
El reciente escándalo de un todopoderoso productor de Hollywood destapó la olla sucia al ser denunciado por obtener favores sexuales a cambio de incluir a nacientes estrellas en películas manejadas por él. A nivel político, en la reciente campaña electoral, fue desgarradora la insolente expresión de un candidato al alardear de cómo agarraba las partes íntimas de bellas aprendices, basándose en ser famoso, de igual manera las autoridades religiosas se han visto sacudidas por los casos de abuso sexual cometidos por miembros de la iglesia.                                                                                     
La mayoría de las veces estas deplorables situaciones son un notorio secreto a voces, bien conocido en los círculos donde se realizan, pero las perjudicadas guardan silencio por temor a enfrentarse a los poderosos, no ser creídas, posiblemente demandadas por infamia o a veces el delito era arreglado monetariamente con la condición de permanecer calladas.    
Bajo los lemas: “Yo también, en la vida real”, “Ahora somos demasiadas para que se nos ignore”, las integrantes de la sociedad civil están rompiendo el silencio y uniendo sus esfuerzos para denunciar a nivel mundial estos abusos que las acechan y para advertirle a estos poderosos depredadores que el trabajo no incluye abuso.  

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