EL ÁNGEL EXTERMINADOR EN NUEVA YORK
Galería de Arte
del Consulado de Venezuela. 10 de octubre de 1974.
Villasmil hizo
presencia vestido de astronauta exterminador y armado de un manifiesto,
consciente de que el monstruo todo es de acero menos la coraza (algo así como
el “tigre de papel” de Mao) empezó a leer. A partir de ese momento comenzó
realmente el “Happening”: el protocolo se descompuso, se descubrió que la Niña
Belisa era una especie de Medusa que se dedicaba a petrificar los rostros de
los diplomáticos y que el bosque alquímico era un bosque subversivo. Se
descubrió también que Villasmil tomaba demasiado en serio su papel de
astronauta exterminador; que no se comportaba como era deseable en un becario
de los organismos oficiales. En fin, había que poner las cosas en su lugar y a
tal efecto, se decretó el cierre de la exposición.
La
ciudad de Nueva York fue testigo del rapto de la Niña Belisa en los locales del
Consulado de Venezuela y de cómo el dragón de siete cabezas apareció de una
botella de Coca-Cola y volvió a dominar la escena.
Oscar González Bogen
EL ÁNGEL EXTERMINADOR EN VENEZUELA
Galería
Lisandro Alvarado. Barquisimeto, 16 de mayo de 1975.
Después de sobrevolar a
vuelo rasante la Gran Manzana, el osado ángel
exterminador decidió abandonar
los aires neoyorquinos y regresar cual hijo prodigo al país que lo vio nacer. Fue
en una noche despejada y con viento calmo, que la avenida Vargas de Nueva
Segovia de Barquisimeto, fue testigo del patinaje aeroespacial de este decidido
astronauta.
EL ÁNGEL EXTERMINADOR EN EL BAC
Con motivo de los 30 años
del Bakehouse Art Complex, reaparece después de varias décadas de ausencia El
Ángel Exterminador de Edwin Villasmil. La cita es el viernes 10 de marzo de
2017, a partir de las 7 de la noche, en el estudio 37 de dicho complejo
artístico ubicado en el 561 NW de la calle 32, Miami FL 33127, con entrada
libre.
POSTRERA VISITA DEL ÁNGEL EXTERMINADOR EN MIAMI
Bakehouse Art Complex. Miami, 10 de marzo de 2017.
Con el cansancio a
cuestas, propio de su edad milenaria, el Ángel Exterminador partió pausadamente
hacia parajes desconocidos. La décima noche marciana fue la seña de su
permanencia, cercana al sitio donde Juan Ponce de León buscara afanosamente la
fuente de la eterna juventud.
El actor, como es su costumbre, hizo mutis sin
despedirse.
La gráfica
testimonia sus andares antes de remontar el eterno vuelo.