Oswaldo Payá, el destacado disidente político cubano,
falleció en circunstancias difíciles de
interpretar. Payá fue miembro fundador del perseguido Movimiento Cristiano de
Liberación, la organización política que lucha por instaurar los derechos
civiles y humanos en Cuba. Junto a otros activistas crea el Proyecto Varela,
dándose a la ardua y peligrosa tarea de recoger las firmas necesarias para
pedir un referendo que lograra profundos cambios en la isla. En el documento
que entregó personalmente a la Asamblea
Nacional y el cual fue ignorado, exigía la libertad de expresión, de
asociación, de prensa, elecciones libres y el derecho al ejercicio de la
empresa privada. De igual manera con el Programa Para Todos los Cubanos, Payá
luchó por una pacífica transición democrática. Fue distinguido con el Premio
Andrei Sajarov a los Derechos Humanos, Vicepresidente de Honor de la
Internacional Demócrata de Centro y nominado varias veces al Premio Nobel. Payá
murió en un confuso accidente automovilístico, y se sospecha que el auto donde
viajaba junto al también fallecido dirigente Harold Cepero y dos amigos
extranjeros, supuestamente fue embestido por otro hasta sacarlos de la
carretera, Payá había recibido con anterioridad amenazas y presagió que moriría
antes que terminara el régimen opresivo de los Castros, pero valientemente
declaró que nunca huiría. Su desaparición física constituye un duro golpe para
los hombres y mujeres urgidos de la preciosa libertad en Cuba.
Payá, como ferviente cristiano, goza en estos momentos
de la gracia eterna. Desde la cima de la montaña, en su glorioso sermón, el
Gran Maestro nos recuerda que bienaventurados serán aquellos que como él tienen
hambre y sed de justicia, así como los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos será el reino de los cielos. Buenaventurado eres Oswaldo Payá,
porque tú como, pacificador serás llamado hijo de Dios.
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