La noticia puso en alerta a la comunidad científica internacional, un iceberg gigante, el doble del tamaño de Manhattan, se desprendió del glaciar Petermann de Groenlandia. La enorme masa de hielo flota sin rumbo sobre el Océano Glacial Artico, alejándose de la isla y perdiendo su volúmen. El fenómeno que afecta el 97 % del territorio insular, fue captado por los satélites de la NASA, sirviendo las imágenes recibidas para estudiar el caso. Sobre las causas que originaron este hecho, los investigadores no logran ponerse de acuerdo, pues bien pudiera ser una actividad cíclica normal, o lo más temido, que el deshielo se deba a un peligroso cambio climático, producto de altas temperaturas en la zona. Este problema de nefastas consecuencias afecta el ambiente de Groenlandia y el del mundo entero, pues si los polos llegaran a diluirse, el hielo derretido subiría el nivel del mar, poniendo en peligro de inundación las áreas y ciudades costeras. La gran preocupación de los ambientalistas radica, en que los paises no han llegado a un acuerdo sobre las cuotas y el plazo para reducir las emisiones de los nocivos gases de efecto invernadero, responsables en gran parte del calentamiento global.
Mientras el planeta se derrite, un solitario oso polar, refugiado en la blancura del gélido paisaje ártico, navega a la deriva ignorando el tórrido fin que se avecina.
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