Tuesday, April 19, 2016

EXILIO

                                           




Múltiples son los factores que llevan a un ser humano a abandonar su país de origen para buscar en otro la paz perdida. Encontrarse lejos del lugar natural, convertirse en un expatriado por circunstancias forzadas o voluntarias, no es tarea fácil. Alejarse de los seres queridos, recordar con nostalgia los olores de la tierra nativa y las costumbres que se aprendieron desde la niñez, es duro. Perder el estatus logrado a través de años de trabajo, comenzar desde cero, enfrentarse con un idioma, geografía y comportamientos nuevos, es una difícil y a veces traumática experiencia. Consideramos a Miami la capital del exilio, al viajar en tren o caminar por sus calles observamos las diversas diásporas esparcidas por la ciudad y   constatamos que la cubana es la más numerosa. No importa lo que nos toque sufrir o añorar, cuando quemamos las velas del barco para no volver atrás, sabíamos de antemano lo que nos esperaba en este gran país, la preciada libertad que una vez nos fue secuestrada por una desalmada revolución chavista. 

TRUMP Y EL MURO DE LA VERGÜENZA

                       




“Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”
                                                                           Isaac Newton                     

Desde la antigüedad se han construido muros para dividir, delimitar espacios, cerrarle el paso a expatriados, detener contrabando e invasiones. En Berlín un humillante paredón separó a los alemanes durante 28 años, en Perú una polémica pared divide a los limeños pobres de los ricos, una controversial barrera en Cisjordania fue construida para proteger a los ciudadanos israelíes contra ataques terroristas, la muralla china, patrimonio de la humanidad, se erigió para rechazar la arremetida de las huestes enemigas, actualmente en Europa se levantan tabiques, vallas y alambradas para detener la oleada de refugiados. Múltiples son las  estructuras que se levantan a diario para dividir a la humanidad. Con el fin de frenar la entrada de indocumentados, Donald Trump, haciendo alarde de su característico odio visceral hacia los extranjeros, propuso la construcción de un vergonzoso muro que debería ser pagado por México. Dado que el gobierno federal no piensa costear la obra, el magnate anuncia que impedirá que los mexicanos realicen transferencias de dinero a ese país, a menos que demuestren la permanencia legal en los Estados Unidos. Ante estas constantes arremetidas xenófobas del precandidato republicano, deberíamos edificar un gigantesco muro para impedirle llegar a la presidencia.     


NOMOFOBIA 2

                             

       

Debo confesar que cuando viajo en el tren me siento cual cavernícola dibujando grafitis en las paredes de una gruta urbana. Durante el trayecto del viaje miro alrededor y todos los pasajeros, excepto los que dormitan, mantienen la vista fija en sus teléfonos celulares. Sus dedos pulgares pulsan rápidamente las teclas buscando primicias y sus caras denotan si lo que leen o escuchan les causa placer o angustia. Algunos comparten con sus vecinos las incidencias encontradas y entablan un intercambio para ver quien localiza el mensaje más interesante. Al abandonar el vagón, los viajeros, caminan como autómatas, bajan, suben escaleras, cruzan avenidas, y llegan a su destino sin apartar la mirada del dispositivo inteligente. La preocupación de no estar constantemente informados y el miedo a estar sin celular se apodera de sus cuerpos, convirtiéndolos en seres portadores de nomofobia, perturbación propia de esta cambiante era virtual. Yo poseo un teléfono ignorante, que no toma fotos, ni está conectado a la red y que no representa de manera constante en el tiempo la evolución de alguna magnitud. Es un aparato sencillo, del cual me siento satisfecho, que no presume y que me sirve para comunicarme ocasionalmente con el mundo exterior cuando no puedo hacerlo de manera personal.


Monday, April 11, 2016

LA INVASIÓN A CUBA

                                     




No serán los marines desembarcando en las playas de Varadero, ni los aviones Hércules lanzando paracaidistas en la Sierra Maestra, tampoco se escucharán los misiles silbando sobre los cielos de La Habana para ultimar el castrocomunismo; no habrá guerra convencional ni mucho menos asimétrica. La invasión norteamericana será silenciosa y sin disparar un sólo tiro. Las fragatas atómicas no atacarán y para fortuna de las paupérrimas arcas cubanas, cruceros de lujo irrumpirán en el puerto con legiones de turistas gringos, quienes eufóricos beberán mojitos, consumirán lechón y fumarán habanos. De las bases aéreas  estadounidenses despegarán miles de vuelos portando cargamentos de franelas y pantalones estampados con la bandera norteamericana. Como segunda parte de la estrategia, las hamburguesas penetrarán los paladares y la Coca Cola asediará los tragos de la popular cuba libre. Los peloteros no serán considerados espías costeados por el régimen cubano pues cobrarán en dólares, las redes sociales conquistarán puntos estratégicos y la empresa privada asediará los espacios derruidos. Después de décadas de aislamiento y guerra fría sin ningún resultado, el imperio utilizará nuevas tácticas de penetración, intentando instaurar el capital, la libertad y los derechos que el oprimido pueblo cubano perdió.

VENEZUELA A OSCURAS

                




Desde hace tiempo a los venezolanos los acostumbraron a vivir en una incesante tiniebla, los constantes apagones hacen de la oscuridad un suceso normal. La falta de mantenimiento, inversión y personal calificado hicieron colapsar el sistema eléctrico que surtía eficientemente a campos y ciudades. Una nueva normativa del Ministerio de Energía Eléctrica golpea fuertemente el tenebroso porvenir de los negocios, al ser interrumpido el servicio en los centros comerciales, entre la una y las tres de la tarde y las siete y las nueve de la noche. Con anterioridad una insólita orden emanada por dicho ministerio, obligaba a los establecimientos comerciales a generar su propia electricidad. Ante esta falta de luz, Maduro recorta los días laborables y para justificar la corrupción e ineficiencia, señalará a los culpables: el perverso sabotaje de los apátridas opositores, una iguana que penetró las redes, la prolongada sequía causada por El Niño, que hizo fallar las centrales hidroeléctricas, culpa de la mano peluda del imperio americano, que con su alta tecnología desvió hacia tierras venezolanas la trayectoria de ese mocoso climático.  

TERROR EN BRUSELAS

          




Nuevamente los genocidas del Estado Islámico cubren con sangre una apacible ciudad. Los asesinos sembraron el pánico en dos sitios del trasporte público de Bruselas, corazón de la Unión Europea y de múltiples organizaciones internacionales. Después de los criminales atentados, entre escombros, polvo y humo, quedaron dantescas escenas con cuerpos mutilados, niños llorando al lado de parientes muertos y desorientados pasajeros corriendo para ponerse a salvo. Nada ni nadie puede justificar estos repugnantes crímenes perpetrados por extremistas radicales. Los fines bien sean religiosos, políticos, económicos o de cualquier índole, no justifican jamás utilizar la muerte para intentar imponer ideales. El mundo libre y civilizado no puede vivir esperando otro ataque criminal, urge a las naciones crear un frente común contra este tipo de atrocidades, los aliados por la paz, deben compartir información, estar a la ofensiva y unirse para extirpar de raíz este peligroso flagelo que pretende imponer con actos terroristas un sombrío califato.