El intento de Chávez por conciliar diferentes doctrinas, es un arroz con mango que arranca en el nivel político, pasa luego por el económico, se estaciona en el social, para descansar en el religioso. Recientemente con su enigmática enfermedad y ante la proximidad de una dura campaña electoral, el presidente se aferra al fervor religioso del venezolano, buscando afianzar una popularidad que le pudiese garantizar más años en el poder. En su veleidosa ruta religiosa, Chávez se ha declarado católico y protestante al mismo tiempo y en su acostumbrado proceder de pasión y odio, besa apresuradamente el anillo del Sumo Pontífice durante su visita al Vaticano, para luego arremeter contra él, insultar a la iglesia y sus prelados. Chávez el omnipresente, omnipotente y omnisapiente, mezcla ritos y creencias católicas, espiritualismo indígena y deidades africanas, representadas en las tres potencias, María Lionza, reina de Sorte, el cacique Guaicaipuro, entronizado de manera simbólica en el Panteón Nacional y el negro Felipe, miembros ellos de la llamada corte celestial. La santería se une a esta mezcolanza tropical con la presencia en Palacio de un solapado clarividente, consejero espiritual, curandero, palero, parasicólogo, mentalista, astrólogo, espiritista, santero, sanador, importado de Cuba; el brujo, organizador de bilongos, hace poderosas consultas con el espíritu de Caín, con caracoles, cocos y con los 7 rayos iridescentes; trabaja con mayombé y monanzo, con las cartas del tarot y la bola de cristal, con magia blanca, negra y la roja rojita, lee la mano y la mente, usa la regresión y la hipnósis, fuma tabacos y prepara amuletos, quita maleficios, hechizos, mal de ojo y brujerías; retira la mala suerte y la envidia, limpia el aura, da baños purificadores, bautizos espirituales y despojos con yerbas; amarra a los chavistas y sataniza a los candidatos de la oposición, resguarda al jefe supremo de los problemas que aquejan al pueblo y le abre los caminos a Fidel, el máximo guía espiritual, para seguir gobernando en Venezuela.
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