“Nadie quiere morir, pero la muerte es el agente de cambio
de la vida. Elimina lo viejo para dar paso a lo nuevo”
Steve Jobs
La grandeza de un país se puede medir por el poder imaginativo de sus ciudadanos. La imaginación se convierte en fuerza vital para idear o proyectar cosas nuevas que conducen a una constante innovación en el diario quehacer. En los Estados Unidos esa incontenible capacidad de formar imágenes originales está siempre presente, permitiéndo que los inventos florezcan cual semillas fértiles en tierra de posibilidades. Larga es la lista de personalidades norteamericanas, que con su ingenio han desarrollado objetos que han cambiado el modo de vida a nivel mundial. Tres genios de esa pléyade, nacidos en diferentes épocas, llaman mi atención, sus contribuciones siguen presentes y con el correr del tiempo han sido o serán perfeccionadas. Ninguno de ellos completó educación superior y originalmente sus trabajos no fueron desarrollados en sofisticados laboratorios sino en la tranquilidad del hogar.
Benjamín Franklin (1706-1790). Político, científico e inventor, realizó experimentos y observaciones sobre la electricidad, creó el pararrayos, los lentes bifocales, catéteres urinarios flexibles y la armónica de cristal entre otros.
Thomas Alva Edison (1847-1931). Patentó más de mil inventos, perfeccionó la lámpara incandescente, construyó el fonógrafo, el telégrafo impresor, el quinetoscopio, el coche eléctrico y muchísimos más.
Steve Jobs (1955-2011). Empresario, figura clave del sector informático y del entretenimiento, junto a Steven Wozniak funda Apple en 1976, fabrica el primer ordenador personal, crea Macintosh, iMac, iPod, iTunes, iPhone, I Pad y Pixar, empresa productora de gráficas por computador, logrando que sus películas animadas rompieran récord de taquilla. Steve, visionario del mundo digital, como vanguardista logró empalmar sus ideas progresistas a un mundo cada vez más globalizado, su visión futurista le permitió convertirse en un fenómeno tecnológico, Este singular creador apolítico y exitoso empresario representó el otro lado del capitalismo financiero, el mismo que en estos momentos se encuentra rodeado por inconformes en las calles aledañas a Wall Street en el bajo Manhattan.
Steve acaba de dar su postrer mordizco a su vieja manzana cibernética. En el pequeño garaje de la aldea global nuevas frutas seguirán cosechándose.
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