Friday, October 14, 2011

CHAVEZ EL HOMBRE DE ACERO





El mandatario venezolano acaba de declararle la guerra a los superhéroes de las historietas, ya con anterioridad había denigrado del Hombre Araña, de la Barbie y su novio Kent. En su lucha por el rescate de la identidad nacional, Chávez arremete ahora contra Superman y Batman, por haber sido ellos utilizados nocivamente como medio de promoción de los Estados Unidos, mientras que a los personajes de Robin y la Mujer Maravilla los acusa de haber convertido a la población venezolana en admiradores de los yankis.
De todos los superhéroes, Superman es quizás el mayor representante de la cultura popular estadounidense. Nacido en el planeta Krypton y enviado a la Tierra por sus padres, antes de la destrucción del planeta, aterriza en una granja y sus padres adoptivos, los Kent, lo bautizan como Clark, Al crecer muestra poderes sobrehumanos que los pondría al servicio de la humanidad.
Volar como un ave o un avión, tener fuerza, velocidad, aliento y oído superpoderosos, poseer visión microscópica, telescópica, calorífica y de rayos x, lo hacen invulnerable a todo, menos a la kryptonita, mineral de color verde con el cual su archienemigo, el malvado Lex Luthor, intentará por todos los medios acercarlo a ella para debilitarlo y lograr imponer un gobierno del mal, contrario a las metas de la Liga de la Justicia de América, a la cual Superman está afiliado.
Chávez, en su lucha desmedida por permanecer de manera vitalicia en el poder ha desarrollado, cual superhéroe, una fortaleza autoritaria que lo ha convertido en el hombre de acero venezolano, de manera absoluta posee la hegemonía del Poder Público Nacional, ejerciendo de manera frontal los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral, así como el poder de los medios de comunicación, los cuales ha comprado, creado o amordazado, superpoderes que emplea a fondo en su lucha por mantener su autocracia. Pero lo que ignora Chávez del humillado héroe de la tira cómica, es que Superman, un ciudadano naturalizado de un país, donde la división de poderes le permite expresarse y actuar libremente, en reciente conversación con el asesor de seguridad nacional del presidente, le dice que piensa renunciar a la ciudadanía estadounidense, pues está cansado de que sus acciones sean presentadas como un instrumento de la política de los Estados Unidos y que la verdad y la justicia al estilo americano ya no le basta. Agarre ese trompo en la uña señor presidente, Superman ya no es de la CIA, lo más probable es que lo detengan en Arizona por ilegal y lo deporten a un tercer país, pues al planeta Krypton, el de su origen, no puede volver. Arrímele un maletín con petrodólares, expídale una cédula de las que fabrican en Cuba, otórguele el ministerio de los superpoderes y póngalo a trabajar en la campaña electoral que se avecina, pero eso sí, que se vista rojo rojito.

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