Primero vinieron por
los indocumentados, eliminaron las ciudades santuario y no dije nada pues soy
ciudadano americano.
Después insultaron a los mexicanos, acabaron con su economía, les
construyeron un muro y me quedé callado porque nací en Venezuela.
Luego denigraron de las mujeres y los homosexuales y no hice nada ya que vine al mundo varón.
Luego denigraron de las mujeres y los homosexuales y no hice nada ya que vine al mundo varón.
Más tarde prohibieron la entrada a los musulmanes y no me importó ya que
soy cristiano.
Amenazaron a los medios de comunicación y no le di importancia pues soy un escribidor de tonterías y sólo me lee un reducido grupo de amigos por las redes sociales.
Amenazaron a los medios de comunicación y no le di importancia pues soy un escribidor de tonterías y sólo me lee un reducido grupo de amigos por las redes sociales.
Seguidamente negaron el
cambio climático, eliminaron las regulaciones ambientales, abandonaron la
Cumbre de París e hice caso omiso porque
no hablo francés y me importa un
pito el calentamiento global pues soy sensible al frio.
Construyeron nuevos oleoductos y violaron las
sagradas tierras de la tribu Sioux; esto no me afectó porque no soy
descendiente del cacique Toro Sentado y tendré gasolina más barata.
Eliminaron el Obamacare y me supo igual ya que tengo mi seguro de salud con
el Medicare.
Acabaron los
tratados comerciales con los vecinos del norte y del Pacífico y no me perjudicó
porque soy un mísero consumidor.
Escamotearon
los fondos para la educación pública y beneficiaron la privada y me hice de la
vista gorda pues cual loro viejo nunca aprenderé a hablar.
Ahora
vienen por mí, por parodiar sin permiso el poema del Pastor Martin Niemöller,
que narra la cobardía de los intelectuales alemanes al no denunciar el criminal
avance nazi.
Si,
ahora vienen por mí y desgraciadamente nadie vendrá a defenderme.