TRUMP EL MISÓGINO

                                   

Constantes han sido las manifestaciones de hostilidad de Donald Trump contra las mujeres. Según el candidato republicano las que trabajan en televisión y sobre todo las periodistas deben ser sensuales. De la misma manera afirmó que el acoso sexual a la que son sometidas las mujeres en el ejército es algo lógico y hasta le resulta repugnante ver amamantar.      
El magnate piensa que la mejor parte de una buena película es cuando silencian a las mujeres y que se les debe castigar cuando abortan. Normales han sido sus comentarios sexistas al referirse a las féminas como cerda gorda, loca, cara de perro, tonta, repulsiva, tosca; también han sido de mal gusto los comentarios vertidos sobre la menstruación contra una reconocida periodista o la supuesta necesidad urinaria de Hillary Clinton, a la cual calificó como una obsesión enfermiza. 

Según el rey de los certámenes de belleza, las mujeres encuentran excitante su poder y su fortuna y se molestan con realizar un acuerdo prematrimonial, pues lo que buscan es su riqueza. Para él es algo frecuente que lo seduzcan y cuando intentan atraparlo se valen de grandes actuaciones. 

Habitual ha sido para el adinerado, denigrar, sembrar dudas, la discriminación, cosificación y otros prejuicios sexistas, propios de sociedades patriarcales. Durante las funciones del gran circo nacional republicano, instalado en la ciudad de Cleveland, Trump, el prepotente dueño de la carpa y sus fervorosos seguidores, dispararon a mansalva balas verbales buscando desacreditar a la señora Clinton. Durante la campaña electoral, a la candidata demócrata, la han tildado de asquerosa, estridente, ladrona, incompetente, estafadora, criminal, basura, mentirosa, retorcida, peligrosa, corrupta, podrida, diabólica, traidora y hasta pidieron llevarla al paredón y fusilarla como es común en regímenes dictatoriales. 

Ante esta cacería de brujas a la que es sometida la candidata demócrata y todas las mujeres que no opinan como él, debemos recordarle al que pretende ser la voz de esta nación, que a las damas ni con el pétalo de  una  rosa.