Ya habiamos escrito de las infinitas aptitudes del presidente Hugo Chávez. Sobrados son sus conocimientos sobre política, economía, educación, defensa, energía, finanza, salud, cultura, turismo, trabajo, agricultura, ciencia, tecnología, petróleo, relaciones, justicia, alimentación, transporte, deporte, etc, etc, etc. Cada vez que se dirije en cadena a la nación, o sea, a cada momento, da muestra de sus aptitudes de malabarista para mantener las riendas del país bolivariano. Chávez es el primer mandatario del mundo que no utiliza la experiencia de asesores y con su natural omnisciencia puede darse el lujo de dictar cátedra sobre cualquier tema que le cruce su cabeza. Lo que nunca pudimos imaginarnos eran sus dones de artista visual, ya conocíamos sus facultades de comediante y cantor, pero de pintor, “jamás de los jamases”. Pues sí, Chávez, el maestro de paleta y pincél, acaba de develar su obra cumbre en el Salón del Consejo de Ministros del Palacio de Miraflores, mansión que el general Joaquín Crespo construyó para su esposa misia Jacinta Parejo de Crespo e hijos. El palacio, joya arquitectónica, da albergue a los presidentes y a lo largo de los años ha ido atesorando obras de arte y piezas de colección, lo cual fue determinante para ser declarado monumento histórico nacional en 1979. La recopilación de obras de arte elaborada por reconocidos artistas como Arturo Michelena, rinden homenaje a venezolanos que ayudaron a consolidar al país.
El área del Consejo de Ministros donde se expone la pintura del presidente, tiene un pasillo donde creaciones dedicadas a Simón Bolívar, Carlos Soublette, Francisco de Miranda y José María Vargas, sirven de antesala a creadores contemporáneos de la talla de Alirio Palacios, César Rengifo, Luisa Palacios y Hugo Daini. En la nave donde el presidente se reune con su gabinete, el retrato del padre de la patria pintado por José María Espinoza, era el encargado de recibir a las autoridades, pero ahora Kirchner, el fallecido expresidente argentino, con la bandera argentina como fondo, domina la escena, desestimandose con esta acción a meritorios heroes y artistas venezolanos capaces de enaltecer las paredes del palacio.
Como antesala a la cumbre presidencial de la CELAC, Chávez bautizó el Salón de los Ministros como Nestor Kirchner, ya con anterioridad al Salón de los Espejos le había cambiado el nombre por el de Salón Joaquín Crespo, costumbre a la cual nos tiene acostumbrado el presidente. Antes de la firma de acuerdos de cooperación bilateral el presidente le entregó a su reina argentina el mejor cuadro, todavía fresco, que habia pintado en su vida. Cristina, con lágrimas en los ojos, agradeció emocionada el humilde gesto de un hombre que le gusta pintar. Debemos irnos preparando, pues el próximo Bolívar desalojado será el del Salón Boyacá, pues cuando fallezca el otro comandante, ese espacio será llamado, Salón Fidel Alejandro Castro Ruz.
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