El 9 de noviembre de 1965 se produjo una gran falla eléctrica que dejó
a oscuras a varios estados de la costa este de los Estados Unidos. Las 14
horas sin energía causaron pérdidas millonarias, siendo la ciudad de
Nueva York una de las más afectadas por ser corazón de actividades
financieras. El apagón dió pie a múltiples leyendas urbanas, como la
aparición de seres extraterrestres ávidos de energía y al auge de naci-
mientos en la gran manzana ( baby boom ) nueve meses después, especu-
lándose que el alza de la natalidad se debió a que al estar la población a
oscuras, sin radio, sin televisión y sin tener mucho que hacer las parejas
se entregaron al amor sensual con la complicidad de Eros.
Actualmente en Venezuela los apagones son el pan nuestro de cada día.
El gobierno culpa a la naturaleza, a la sequía, al Niño, a los incendios
forestales, a los opositores, al imperio y hasta al sabotaje de una iguana.
Mientras las autoridades imponen un estricto racionamiento, compran
electricidad y obvian las verdaderas causas, cuyo origen radica a la
falta de mantenimiento en las redes y a nuevas inversiones ante el
crecimiento de la demanda.
De continuar estos frecuentes apagones, pronosticamos un desmedido auge
en el índice de nacimientos en Venezuela, que pudiera superar la tasa
demográfica del gigante brasileño.
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