Pertenecemos a esa
desatendida pléyade que aboga por la conservación del planeta en el cual nacimos
y donde algún ignorado día moriremos.
Una información que circuló
recientemente por los medios anunciaba que en la paupérrima Venezuela estaban
poniendo en práctica, y no con afán proteccionista, las 3 erres necesarias para
mantener el golpeado ambiente.
El reusar, reducir y reciclar, normas básicas
del resguardo y máxima utilización de los recursos naturales se ha hecho
notoria, dada la escasez de bienes que golpea a la destartalada economía bolivariana.
Ante los altos costos y la desaparición de materia prima, debido a una elevada
inflación, se está utilizando el cartón fabricado con pasta de papel o de
trapos endurecidos y fuertemente comprimidos, para elaborar los ataúdes. El popular
“biocofre”, fabricado con cartón corrugado de productos reciclados o el “durocofre”
hecho con cartón piedra, más resistente y recomendado para los finados
voluminosos, han entrado exitosamente en el mercado. Algunas funerarias están
pensando seriamente alquilar las urnas, pero por razones higiénicas son muchos
los dolientes que se niegan a reusarlas.
Para reducir el
presupuesto en las maternidades e incrementar el bolsillo de los rectores
sanitarios, se ha puesto en práctica el usar las cajas de cartón, donde se
transportan productos, para colocar a los recién nacidos. La fotografía captada
con un celular, mostraba a un grupo de bebés durmiendo sin ningún tipo de
asepsia en alineadas cajas de cartón.
Al hacerse la imagen
viral, el gobernador chavista declaró que no había mala intención en el hecho y
sugirió que se tomaran las cajas, se decoraran y se acomodaran como canastillas
al lado de las parturientas.
Es doloroso
constatar que en el principio y fin del ciclo natural que rige la existencia, se
pretenda encajonar a un glorioso pueblo en reusadas cunas insalubres cuando
nace y en reciclados féretros de cartón cuando muere.
No comments:
Post a Comment