Wednesday, March 25, 2015

DAR DE COMER AL HAMBRIENTO



Arnold Abbott es un activista de 90 años de edad, con una vitalidad envidia de cualquier jóven actual. Este buen samaritano abriéndo sus bondadosas manos a través del grupo benéfico “Ama a tu projimo”, se da a la tarea de repartir comida  a los hermanos pobres. Pero nuevamente este generoso hombre es perseguido por las autoridades de la ciudad de Fort Lauderdale. Su crimen fue quebrar la ordenanza que prohibe alimentar a los desamparados en sitios públicos. La ordenanza en cuestión fue redactada en octubre pasado, para garantizar la salud y seguridad pública. Irónicamente la repartición de alimentos refleja una asépsia total, él viste pulcramente de blanco, porta guantes de plástico, utiliza envases y utensilios desechables y los comensales esperan ordenadamente en fila y al final de la jornada recogen los desechos. En días recientes Arnold fue obligado por la policía a soltar un plato de comida como si se tratara de un arma letal y conducido posteriormente a la jefatura, donde fue advertido que de continuar amando al prójimo como a él mismo, sería penalizado con 500 dólares o 60 días de prisión. La compasión de este hombre de Dios es inquebrantable como su fe y piensa entablar juicio contra la ciudad, como ya lo hizo anteriormente, para continuar su labor con los desamparados. Gracias a Dios que los miembros del ayuntamiento no estaban presentes cuando Jesús, con tan sólo cinco panes y dos peces milagrosamente alimentó a cinco mil hombres, porque hubiese sido crucificado antes de tiempo, por dar de comer al hambriento.

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