No sabríamos como catalogar la asociación existente entre dos gobiernos opresores de la que se deriva mutuo beneficio. Mientras que el de Cuba recibe millones de dólares por concepto de petróleo, infraestructura y turismo, el de Venezuela, como forma de pago, mantiene en su suelo a un ejercito de asesores dedicados a ejercer la medicina, el deporte y la seguridad. Nada extraña resulta esta simbiosis, cuyo fin primordial es conservar a como dé lugar y por siempre el codiciado poder. Los Castro, empleando medidas coercitivas, han oprimido durante décadas a una población carente de las condiciones esenciales de bienestar social. Por su lado en Venezuela se agudizan los rigores de la inflación, inseguridad y escasez, males que al igual que en Cuba son achacados al imperialismo yanqui y no a la ineficiencia de una fracturada revolución. Mientras los funcionarios de los dos países se reunen para firmar acuerdos y tratados que los beneficien, los pueblos sufren las consecuencias ante la falta de derechos que los protegan. La descarada ocupación cubana en Venezuela es evidente, los hermanos Castro de manera peligrosa para la seguridad nacional operan los destinos del país bolivariano de acuerdo a sus intereses. El madurismo, continuación de un autoritario chavismo, es manipulado cual marioneta desde La Habana, recibiendo los rígidos y antidemocráticos lineamientos para mantener el férreo control. En el frecuente mundanal corrillo se habla en voz baja, para no levantar sospechas, de anexar la patria de Bolivar a la isla de Martí y hasta se ha sugerido el nombre de Cubaven a la nueva nación. Caracas, con esta confusa maniobra, pudiera convertirse en un barrio más de la derruida Habana.
Wednesday, September 25, 2013
INJERENCIA CUBANA
No sabríamos como catalogar la asociación existente entre dos gobiernos opresores de la que se deriva mutuo beneficio. Mientras que el de Cuba recibe millones de dólares por concepto de petróleo, infraestructura y turismo, el de Venezuela, como forma de pago, mantiene en su suelo a un ejercito de asesores dedicados a ejercer la medicina, el deporte y la seguridad. Nada extraña resulta esta simbiosis, cuyo fin primordial es conservar a como dé lugar y por siempre el codiciado poder. Los Castro, empleando medidas coercitivas, han oprimido durante décadas a una población carente de las condiciones esenciales de bienestar social. Por su lado en Venezuela se agudizan los rigores de la inflación, inseguridad y escasez, males que al igual que en Cuba son achacados al imperialismo yanqui y no a la ineficiencia de una fracturada revolución. Mientras los funcionarios de los dos países se reunen para firmar acuerdos y tratados que los beneficien, los pueblos sufren las consecuencias ante la falta de derechos que los protegan. La descarada ocupación cubana en Venezuela es evidente, los hermanos Castro de manera peligrosa para la seguridad nacional operan los destinos del país bolivariano de acuerdo a sus intereses. El madurismo, continuación de un autoritario chavismo, es manipulado cual marioneta desde La Habana, recibiendo los rígidos y antidemocráticos lineamientos para mantener el férreo control. En el frecuente mundanal corrillo se habla en voz baja, para no levantar sospechas, de anexar la patria de Bolivar a la isla de Martí y hasta se ha sugerido el nombre de Cubaven a la nueva nación. Caracas, con esta confusa maniobra, pudiera convertirse en un barrio más de la derruida Habana.
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