Según el poeta latino
Juvenal en su irónica obra “Las Sátiras”, el imperio romano, para ocultar su
corrupción y decadencia, le organizaba al pueblo sangrientos espectáculos y
distribuía pan gratuitamente. Los gobiernos populistas actuales, para
distanciar a los habitantes de vitales asuntos de interés nacional, convierten
la política en un gran circo y reparten alimentos para mantener la lealtad.
Recientemente Evo Morales al referirse a la crisis que sacude al régimen
venezolano sostuvo que, “para mantener la ideología había que garantizar la
comida”. En el imperio venezolano escasea el alimento y el gran entretenimiento que
es la pelota agoniza. Para conservar el control político-social, Maduro, cual
maestro de un monumental espectáculo, con destreza reprime a los disidentes. La
época dorada de al pueblo pan y circo, está en el ocaso de esa férrea dictadura;
porque como bien decía mi abuela, amor con hambre no dura.
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