Resulta chocante y causa indignación el ver en videos caseros, la brutal manera como el gobierno arremete violentamente las pacíficas protestas en Venezuela. En esas movidas imagines sin editar, vemos caer mortalmente heridos inocentes estudiantes, observamos llenos de estupor a la guardia y la policia nacional, golpeando y disparando sin misericordia a la desarmada población. Miramos con rabia, como descargan gases lacrimógenos contra los habitantes de los edificios, quienes pacificamente utilizan las cacerolas de la cocina como armas sonoras. No salimos de nuestro asombro cuando entran en pantalla, disparando, saqueando, destrozando propiedades y sembrando el terror los desalmados paramilitares, asalariados motorizados, sanguinarios pandilleros mal llamados colectivos. Maduro está desesperado, sus asesores cubanos, diestros en la materia, asesoran y hasta ordenan apretar aún más las criminales tuercas de la represión y la tortura. La sangre opositora sigue corriendo por las calles del país, los silenciados medios de comunicación no pueden informar como quisieran los acontecimientos, la mordaza se ha convertido en arma de doble filo para los arriesgados periodistas. Los teléfonos portátiles, en manos de particulares, han transformado automaticamente a los portadores en osados corresponsales de esta resistente batalla contra la dictadura. Ellos, en las redes sociales, informan al mundo de los desmanes y los crimenes de una agonizante revolución. La población no cede en sus demandas, no puede darse el lujo de cansarse pues sabe que perdería todos sus derechos. Al bravo pueblo lo han despojado de todo, inclusive del miedo y en las calles seguirá sembrando rebeldía hasta cosechar la ansiada libertad. La patria está segura que no podrán matarle la esperanza, pues sus ideas son a prueba de balas.
Wednesday, May 7, 2014
LA REPRESION EN VENEZUELA
Resulta chocante y causa indignación el ver en videos caseros, la brutal manera como el gobierno arremete violentamente las pacíficas protestas en Venezuela. En esas movidas imagines sin editar, vemos caer mortalmente heridos inocentes estudiantes, observamos llenos de estupor a la guardia y la policia nacional, golpeando y disparando sin misericordia a la desarmada población. Miramos con rabia, como descargan gases lacrimógenos contra los habitantes de los edificios, quienes pacificamente utilizan las cacerolas de la cocina como armas sonoras. No salimos de nuestro asombro cuando entran en pantalla, disparando, saqueando, destrozando propiedades y sembrando el terror los desalmados paramilitares, asalariados motorizados, sanguinarios pandilleros mal llamados colectivos. Maduro está desesperado, sus asesores cubanos, diestros en la materia, asesoran y hasta ordenan apretar aún más las criminales tuercas de la represión y la tortura. La sangre opositora sigue corriendo por las calles del país, los silenciados medios de comunicación no pueden informar como quisieran los acontecimientos, la mordaza se ha convertido en arma de doble filo para los arriesgados periodistas. Los teléfonos portátiles, en manos de particulares, han transformado automaticamente a los portadores en osados corresponsales de esta resistente batalla contra la dictadura. Ellos, en las redes sociales, informan al mundo de los desmanes y los crimenes de una agonizante revolución. La población no cede en sus demandas, no puede darse el lujo de cansarse pues sabe que perdería todos sus derechos. Al bravo pueblo lo han despojado de todo, inclusive del miedo y en las calles seguirá sembrando rebeldía hasta cosechar la ansiada libertad. La patria está segura que no podrán matarle la esperanza, pues sus ideas son a prueba de balas.
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