Con puño de hierro y lenguaje chabacano, Nicolás Maduro sigue arremetiendo despiadadamente contra cualquier forma de oposición. Sus blancos preferidos son Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado, conjunto de tres íntegros demócratas, quienes mantienen entre sí una firme unidad política dificil de romper por el mandatario. A estos huesos duros de roer, los acusa reiterativamente de parasitos aburguesados, mercenarios imperialistas, conspiradores fascistas y de ser enemigos de la patria que responden a los intereses de Washington y Miami. No contento con insultar al trio, los persigue, amenaza publicamente con encarcelarlos y ordena agredirlos fisicamente. Al no poder controlar el deterioro evidente que vive Venezuela, Maduro utiliza la técnica de propaganda nazi, basada en repetir mil veces una mentira, para convertirla en verdad y de esa manera responsabilizar al triunvirato de una supuesta guerra económica que tiene aruinado al país. Con el control totalitario que ejerce sobre los de medios de comunicación y asesorado por la inteligencia cubana, Maduro prepara ideológicamente al pueblo venezolano para una violenta jornada política y quebrar la resistencia que le perturba. En los últimos días han aparecido en las paredes de Caracas, afiches con la imagen de esta terna de la libertad, identificandolos como “La Trilogía del Mal”, en ellos se invita al pueblo a que reconozca a ese terceto que le arrebata la luz, la comida y la paz de manera violenta. Los males del socialismo del siglo 21 son incontables, como plaga de langostas, azotan al país bolivariano devorando lo que encuentran a su paso , por razones de espacio los reuniremos en una nefasta y malévola trinidad: desabastecimiento, inseguridad y corrupción.
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