Los Yanomami son los pacíficos hijos de la luna que habitan en los bosques lluviosos del Amazonas. Se distinguen por su nobleza, autosuficiencia, sus profundos valores familiares, solidaridad y respeto al entorno natural. Viven en shabonos, grandes chozas circulares abiertas en el centro, donde desarrollan una intensa vida social alrededor del fuego hogareño. Son de naturaleza nómada, cultivan, cazan y pescan, para después de un tiempo migrar a tierras virgenes y como sólo buscan el sustento alimenticio para el entorno doméstico, no se relacionan comercialmente con otros grupos. Desde hace años su existencia se encuentra gravemente amenazada por acciones externas como la transculturización, globalización y enfermedades transmitidas por colonizadores. A estos males que los afectan se suma el pernicioso arribo de los garimpeiros, buscadores independientes de oro, que de manera ilegal entran en sus ancestrales territorios deforestando, contaminando aguas y suelos, violando sus mujeres, sembrando el terror y cosechando sin piedad la muerte. En 1993 fueron brutalmente asesinados 16 Yanomamis en la frontera de Venezuela con Brazil, esta cruel matanza, motivada por un conflicto de tierras, se le recuerda como la masacre de Haximu y fue calificada como un genocidio por el mundo entero. En el 2008 murieron 5 indígenas intoxicados por el mercurio que utilizan los mineros en la explotación del oro. En julio del año en curso, los mineros secuestraron a una aborigen, quien fue posteriormente rescatada por su gente, los garimpeiros en represalia, desde un helicóptero, salvajemente dispararon y quemaron a 80 venezolanos, hombres, mujeres y niños que se encontraban placidamente reunidos en el calor de su morada, tres miembros de la tribu que se encontraban en ese momento de cacería, escucharon sobrevolar al helicóptero, el tiroteo y las explosiones. Las autoridades designaron una comisión para investigar el ataque, labor que si pocas veces da resultado en las calles venezolanas, consideramos poco probable la captura de los autores de este nuevo crimen, debido a lo retirado e intrincado de la zona. Un mito manifiesta que de las gotas de sangre de la luna vienen los fieros Yanomamis, con esta crónica rendimos tributo a los hermanos de ese valiente y sufrido pueblo, desgarrado a estas horas por la indiferencia, la codicia y sanguinarias agresiones.
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