Querido amigo, recibe donde te encuentres mi calurosa salutación, gesto de mi alta alta estima, que ha permitido recordar en la distancia, los espinosos y también los dulces caminos que juntos recorrimos. Comienzo por agradecer el que hayas sido la conexión cultural entre Miami, ciudad donde habito desde hace 8 años y Venezuela, gracias por tenerme al tanto de tu desempeño profesional y el de los artistas locales. En estos días recibí noticias del proceso judicial que adelanta tu familia por el plagio perpetrado a tu obra cumbre, Historia del Arte Larense. Por encontrarme lejos del terruño, no puedo opinar sobre el giro que pueda tomar esta acción, pero lo que si puedo decirte, corroborar y testificar publicamente como lo hago ahora, es la manera de como luchaste para sacar adelante ese hermoso y apremiante proyecto de compilar y publicar la obra visual de los creadores larenses. Puedo dar fe de la lectura de páginas y borradores del libro en gestación, en la animada Peña del Hotel Miranda. Supe a través de tus correos electrónicos de la subasta que estabas organizando con el fin de recabar fondos para la edición del texto. El trecho que nos separaba y mi particular decisión de no participar, por motivos politicos, en eventos en Venezuela, coartaron mi intervención en tan hermosa iniciativa, perdoname hermano por pensar tan sólo en mí. Fuiste un critico cabal y a tiempo completo y la fraternidad que siempre nos unió traspasa el tiempo y el trayecto que nos separaron. Recibe como siempre mi admiración y mi fraternal saludo desde el más acá. A tu querida familia mi respeto y mi siempre mano solidaria en estos dificiles momentos cuando se busca equidad para tu obra.
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