Juan Pablo Pérez Alfonzo, el político y diplomático venezolano, fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), acuñó la frase “Excremento del Diablo”, para referirse al petróleo y las negativas consecuencias económicas que ocasiona en los países en desarrollo, cuando estos no orientan de la mejor manera los inmensos recursos que genera dicha industria. Con la llegada al poder del populismo chavista, en Petróleos de Venezuela (PDVSA), hubo una purga del personal altamente calificado, para colocar en esos puestos a una plantilla de inexpertos subalternos, sumisos a los deseos del presidente Chávez. La primordial empresa se transformó en las cajas chica y grande del comandante, el petróleo se regala a Cuba y con los petrodólares se compra la solidaridad de países allegados, PDVSA realiza funciones alejadas del fin para la cual fue creada, comercializa alimentos y emprende obras de carácter social, refinerias venezolanas con eficiente producción en otros países, fueron vendidas para llenar las insaciables arcas de la revolución, se entregan nuevas áreas de exploración petroleras a China y se hipoteca la nación, la producción cuantificada en millones de barriles ha mermado notablemente, mientras el precio alcanza cifras astronómicas, enriqueciendo a un grupo de comerciantes y militares afectos a Chávez, en perjuicio de una población cada vez más empobrecida. En la refinería de Amuay hubo un escape de gas, el excremento explotó y originó fuego en los tanques de almacenamiento, la onda expansiva causó decenas de muertos y heridos, así como severos daños a la infraestructura de la refinería, a los comercios y viviendas aledañas. Al momento de escribir esta crónica, se desconocen las causas que provocaron esta catástrofe, pero se puede asegurar que el gobierno descartará una fuga de gas, falta de mantenimiento en las redes, improvisación o laxitud en las estrictas medias de seguridad industrial, pero diligentemente señalará a supuestos mercenarios imperialistas, como los responsables de este criminal sabotaje que pretende desestabilizar a la nación, enturbiar las elecciones y provocar una posterior invasión de los marines. El diablo está en casa y el infierno arde en Amuay, por las víctimas de esta desgracia el gobierno decretó duelo nacional, Chávez asegura que todo está bajo control y por lo tanto el espectáculo debe continuar, otro tanque comienza a arder, la llama se aviva y la espuma para extinguir el fuego se agotó, Venezuela huele a azufre, los quemados fueron transportados en camionetas, mientras 170 ambulancias fueron regaladas a Bolivia, el excremento del diablo pretende llevarnos a la ruina.
Saturday, September 15, 2012
EXPLOTA EL EXCREMENTO DEL DIABLO
Juan Pablo Pérez Alfonzo, el político y diplomático venezolano, fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), acuñó la frase “Excremento del Diablo”, para referirse al petróleo y las negativas consecuencias económicas que ocasiona en los países en desarrollo, cuando estos no orientan de la mejor manera los inmensos recursos que genera dicha industria. Con la llegada al poder del populismo chavista, en Petróleos de Venezuela (PDVSA), hubo una purga del personal altamente calificado, para colocar en esos puestos a una plantilla de inexpertos subalternos, sumisos a los deseos del presidente Chávez. La primordial empresa se transformó en las cajas chica y grande del comandante, el petróleo se regala a Cuba y con los petrodólares se compra la solidaridad de países allegados, PDVSA realiza funciones alejadas del fin para la cual fue creada, comercializa alimentos y emprende obras de carácter social, refinerias venezolanas con eficiente producción en otros países, fueron vendidas para llenar las insaciables arcas de la revolución, se entregan nuevas áreas de exploración petroleras a China y se hipoteca la nación, la producción cuantificada en millones de barriles ha mermado notablemente, mientras el precio alcanza cifras astronómicas, enriqueciendo a un grupo de comerciantes y militares afectos a Chávez, en perjuicio de una población cada vez más empobrecida. En la refinería de Amuay hubo un escape de gas, el excremento explotó y originó fuego en los tanques de almacenamiento, la onda expansiva causó decenas de muertos y heridos, así como severos daños a la infraestructura de la refinería, a los comercios y viviendas aledañas. Al momento de escribir esta crónica, se desconocen las causas que provocaron esta catástrofe, pero se puede asegurar que el gobierno descartará una fuga de gas, falta de mantenimiento en las redes, improvisación o laxitud en las estrictas medias de seguridad industrial, pero diligentemente señalará a supuestos mercenarios imperialistas, como los responsables de este criminal sabotaje que pretende desestabilizar a la nación, enturbiar las elecciones y provocar una posterior invasión de los marines. El diablo está en casa y el infierno arde en Amuay, por las víctimas de esta desgracia el gobierno decretó duelo nacional, Chávez asegura que todo está bajo control y por lo tanto el espectáculo debe continuar, otro tanque comienza a arder, la llama se aviva y la espuma para extinguir el fuego se agotó, Venezuela huele a azufre, los quemados fueron transportados en camionetas, mientras 170 ambulancias fueron regaladas a Bolivia, el excremento del diablo pretende llevarnos a la ruina.
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