Esa serie de palabras y frases empleadas en un discurso, para manifestar lo que se piensa y siente, pueden ser utilizadas como dispositivos para inducir la paz o la guerra. El discurso debe ser una fuente para esparcir en el ánimo del público, tranquilidad, dicha y esperanza y no inquietud, odio y muerte. El discurso político, como instrumento de la razón y la reflexión, debe contribuir a la calma y unificación, en lugar de ser herramienta para angustias y pleitos entre el colectivo. Los politicos en sus alocuciones pueden transmitir cordialidad, tolerancia, justicia, flexibilidad y ecuanimidad, igualmente fomentar el conocimiento y la confianza en las relaciones entre los ciudadanos o por el contrario sus anuncios pueden comunicar intransigencia, crueldad, injusticia e insensatez. El mitin es el mecanismo ideal para informar, enseñar y persuadir, debe ser un canto a la fraternidad, el entendimiento y el respeto a las diferencias, en contraposición a las arengas impregnadas de tensiones, insultos y el uso del poder para la solución de los problemas. El orador pacífico es cordial, tolerante, justo, flexible y ecuánime, reacciona con serenidad y firmeza frente a las agresiones, reconoce la dignidad y los derechos de todos los seres humanos por igual, mientras que el ponente violento se caracteriza por ser hosco, intransigente, injusto, terco, insensible y autoritario, se deja llevar facilmente por la ira y hace uso de la fuerza como respuesta a determinadas circunstancias, no escucha o acepta opiniones distintas a las suyas, se niega al diálogo y trata de imponerse amenazando o sembrando el miedo. El discurso político puede ser como de artillería pesada, con palabras disparadas cual misiles explosivos o liviano como una paloma blanca volando en aires de libertad. El 7 de octubre en Venezuela, el pueblo podrá elegir entre un candidato beligerante y arbitrario, poseedor de un discurso blindado y soez, que incita a una guerra civil o un aspirante progresista y educado que predica abiertamente como Gandhi, el lider de la no violencia, “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.
Los Yanomami son los pacíficos hijos de la luna que habitan en los bosques lluviosos del Amazonas. Se distinguen por su nobleza, autosuficiencia, sus profundos valores familiares, solidaridad y respeto al entorno natural. Viven en shabonos, grandes chozas circulares abiertas en el centro, donde desarrollan una intensa vida social alrededor del fuego hogareño. Son de naturaleza nómada, cultivan, cazan y pescan, para después de un tiempo migrar a tierras virgenes y como sólo buscan el sustento alimenticio para el entorno doméstico, no se relacionan comercialmente con otros grupos. Desde hace años su existencia se encuentra gravemente amenazada por acciones externas como la transculturización, globalización y enfermedades transmitidas por colonizadores. A estos males que los afectan se suma el pernicioso arribo de los garimpeiros, buscadores independientes de oro, que de manera ilegal entran en sus ancestrales territorios deforestando, contaminando aguas y suelos, violando sus mujeres, sembrando el terror y cosechando sin piedad la muerte. En 1993 fueron brutalmente asesinados 16 Yanomamis en la frontera de Venezuela con Brazil, esta cruel matanza, motivada por un conflicto de tierras, se le recuerda como la masacre de Haximu y fue calificada como un genocidio por el mundo entero. En el 2008 murieron 5 indígenas intoxicados por el mercurio que utilizan los mineros en la explotación del oro. En julio del año en curso, los mineros secuestraron a una aborigen, quien fue posteriormente rescatada por su gente, los garimpeiros en represalia, desde un helicóptero, salvajemente dispararon y quemaron a 80 venezolanos, hombres, mujeres y niños que se encontraban placidamente reunidos en el calor de su morada, tres miembros de la tribu que se encontraban en ese momento de cacería, escucharon sobrevolar al helicóptero, el tiroteo y las explosiones. Las autoridades designaron una comisión para investigar el ataque, labor que si pocas veces da resultado en las calles venezolanas, consideramos poco probable la captura de los autores de este nuevo crimen, debido a lo retirado e intrincado de la zona. Un mito manifiesta que de las gotas de sangre de la luna vienen los fieros Yanomamis, con esta crónica rendimos tributo a los hermanos de ese valiente y sufrido pueblo, desgarrado a estas horas por la indiferencia, la codicia y sanguinarias agresiones.
Juan Pablo Pérez Alfonzo, el político y diplomático venezolano, fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), acuñó la frase “Excremento del Diablo”, para referirse al petróleo y las negativas consecuencias económicas que ocasiona en los países en desarrollo, cuando estos no orientan de la mejor manera los inmensos recursos que genera dicha industria. Con la llegada al poder del populismo chavista, en Petróleos de Venezuela (PDVSA), hubo una purga del personal altamente calificado, para colocar en esos puestos a una plantilla de inexpertos subalternos, sumisos a los deseos del presidente Chávez. La primordial empresa se transformó en las cajas chica y grande del comandante, el petróleo se regala a Cuba y con los petrodólares se compra la solidaridad de países allegados, PDVSA realiza funciones alejadas del fin para la cual fue creada, comercializa alimentos y emprende obras de carácter social, refinerias venezolanas con eficiente producción en otros países, fueron vendidas para llenar las insaciables arcas de la revolución, se entregan nuevas áreas de exploración petroleras a China y se hipoteca la nación, la producción cuantificada en millones de barriles ha mermado notablemente, mientras el precio alcanza cifras astronómicas, enriqueciendo a un grupo de comerciantes y militares afectos a Chávez, en perjuicio de una población cada vez más empobrecida. En la refinería de Amuay hubo un escape de gas, el excremento explotó y originó fuego en los tanques de almacenamiento, la onda expansiva causó decenas de muertos y heridos, así como severos daños a la infraestructura de la refinería, a los comercios y viviendas aledañas. Al momento de escribir esta crónica, se desconocen las causas que provocaron esta catástrofe, pero se puede asegurar que el gobierno descartará una fuga de gas, falta de mantenimiento en las redes, improvisación o laxitud en las estrictas medias de seguridad industrial, pero diligentemente señalará a supuestos mercenarios imperialistas, como los responsables de este criminal sabotaje que pretende desestabilizar a la nación, enturbiar las elecciones y provocar una posterior invasión de los marines. El diablo está en casa y el infierno arde en Amuay, por las víctimas de esta desgracia el gobierno decretó duelo nacional, Chávez asegura que todo está bajo control y por lo tanto el espectáculo debe continuar, otro tanque comienza a arder, la llama se aviva y la espuma para extinguir el fuego se agotó, Venezuela huele a azufre, los quemados fueron transportados en camionetas, mientras 170 ambulancias fueron regaladas a Bolivia, el excremento del diablo pretende llevarnos a la ruina.
Querido amigo, recibe donde te encuentres mi calurosa salutación, gesto de mi alta alta estima, que ha permitido recordar en la distancia, los espinosos y también los dulces caminos que juntos recorrimos. Comienzo por agradecer el que hayas sido la conexión cultural entre Miami, ciudad donde habito desde hace 8 años y Venezuela, gracias por tenerme al tanto de tu desempeño profesional y el de los artistas locales. En estos días recibí noticias del proceso judicial que adelanta tu familia por el plagio perpetrado a tu obra cumbre, Historia del Arte Larense. Por encontrarme lejos del terruño, no puedo opinar sobre el giro que pueda tomar esta acción, pero lo que si puedo decirte, corroborar y testificar publicamente como lo hago ahora, es la manera de como luchaste para sacar adelante ese hermoso y apremiante proyecto de compilar y publicar la obra visual de los creadores larenses. Puedo dar fe de la lectura de páginas y borradores del libro en gestación, en la animada Peña del Hotel Miranda. Supe a través de tus correos electrónicos de la subasta que estabas organizando con el fin de recabar fondos para la edición del texto. El trecho que nos separaba y mi particular decisión de no participar, por motivos politicos, en eventos en Venezuela, coartaron mi intervención en tan hermosa iniciativa, perdoname hermano por pensar tan sólo en mí. Fuiste un critico cabal y a tiempo completo y la fraternidad que siempre nos unió traspasa el tiempo y el trayecto que nos separaron. Recibe como siempre mi admiración y mi fraternal saludo desde el más acá. A tu querida familia mi respeto y mi siempre mano solidaria en estos dificiles momentos cuando se busca equidad para tu obra.
