Quiero comenzar esta crónica disculpándome por el título de la misma.
Pudiese parecer una nota sacrílega,pero así como ví el acontecimiento,de la misma manera,con lujo de detalles,lo describo.Por lo tanto que me perdonen los cristianos,la iglesia donde me congrego
y de manera especial las tres divinas personas, de las cuales soy fiel devoto.
Cuando eramos niños,en Venezuela nos mostraron a tres personajes, quienes por sus condiciones histriónicas, sacrificio por la justicia y lucha por las libertades de cuerpo y alma, ocupaban relevantes puestos a nivel mundial.Jesucristo salvador y redentor de pecados, El Quijote, caballero andante de triste figura, joya de la literatura hispana y Simón Bolívar, soñador y libertador de cinco naciones. A esta trilogía se le conoció como los tres majaderos.
El tiempo pasa, hoy el país transita por una dictadura democrática y el gobierno derroca antiguos heroes, resucita a otros moribundos y rescata para la revolución unos insepultos. Así, nuevos íconos son protagonistas de la propaganda gubernamental, sus rostros se imprimen sobre fondo rojo en pancartas, gorras y franelas. En marchas y demostraciones violentas, la nueva Santísima Trinidad es enarbolada por los Círculos Bolivarianos,en el centro el benemérito Hugo Chávez aparece acompañado a su diestra por el guerrillero Ché Guevara y el desacreditado Simón Bolívar, padre de la patria, a su izquierda.
A este trio omnipotente y omnipresente se le venera, se le implora y lo que es más triste se le pide que haga milagros.¡ Alabado!
Si, esa religión, ahora en Venezuela, se la pasa todo el tiempo sus sacerdotes diciéndoles a los fieles que el Paraíso se lo van a dar una de estas mañanas aquí en la Tierra. El problema es que esa mañana nunca llega.
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