La cifra es escalofriante, Miami se encuentra entre las ciudades más peligrosas de los Estados Unidos y del mundo para los peatones. En el condado de Miami-Dade, entre el 2000 y el 2009, los peatones constituyeron un 24 por ciento de las muertes de tránsito. Como hombre de a pie enfrento día a día el riesgo que significa caminar por las calles de esta ciudad. Cuando salgo de mi casa me encomiendo a Dios y le pido fervientemente que me libre de un conductor apresurado que hable por el celular y apure un termo de café al mismo tiempo que dobla la esquina. Al cruzar la calle debo hacerlo con el mismo cuidado de quien transita por un campo minado, la cabeza debe volverse un periscopio y mirar hacia los 4 puntos cardinales para esquivar los agresivos conductores. Una vez a salvo en la parada del autobus, debo estar pendiente de los autos que corren raudamente en las horas pico, pues muchos en su loca carrera pierden el control embistiendo lo que encuentran a su paso. Como estoy cercano a la tercera edad estoy doblemente aterrado, porque este es el grupo con mayor riesgo de morir en un accidente de tránsito y porque las aseguradoras podrían retirar la cobertura a esta causa que hace más daño que una temporada de huracanes
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