Monday, July 8, 2013

UNA TELENOVELA LLAMADA VENEZUELA



Hugo Chávez, el fallecido presidente, fue el protagonista supremo de la tragicomedia sentimental de la televisión venezolana. Nadie como él a la hora de entretener a la audiencia con destemplados acontecimientos en interminables cadenas. Los episodios de mayor audiencia certificada después del “por ahora”, fueron la pérdida momentánea del poder, su desaparición protagonizada desde La Habana y sus constantes anuncios de magnicidio e invasión imperialista. La saga audiovisual, después de su muerte, continúa trasmitiendose con oscuros personajes que intentan vanamente imitarlo sin lograr el objetivo y con una maltratada escenografía cuyo telón de fondo está ambientado con la inflación, el desabastecimiento y la inseguridad en todos los órdenes. Los últimos tres capítulos de esta nueva telenovela llamada Venezuela dejan en pañales a Delia Fiallo, la insuperable maestra del género. En el primer capítulo, Nicolas Maduro, gran actor de carácter, desafiando las leyes del realismo mágico, se tropieza con otra avecilla que le previene de un magnicidio. El segundo capítulo está signado por la amenaza de una invasión. José Vicente Rangel, el expresidente y actor de reparto, en un emotivo monólogo declama que la oposición compró en Texas 18 aviones de guerra, que operarían desde las inexistentes bases estadounidenses en Colombia, mientras que Miguel Rodríguez, ministro y actor de segunda, denunció la invasión de peligrosos grupos de mercenarios colombianos, quienes armados con una escopeta de dos tiros, un AK-47, tres fusiles oxidados, dos pistolas, un revólver con el serial limado y dos granadas, intentaron tomar el poder. En el último capítulo, Elías Jaua, canciller y actor internacional, manifestó que desde Bogotá se fragua una conspiración desestabilizadora. Este culebrón especie de ópera bufa, es presentado por agotados intérpretes, trasmitido en vivo y en horario estelar por los canales oficiales, como una cortina de humo para ocultar los fracasos de una maltrecha revolución.

Wednesday, July 3, 2013

¿ PATRIA SOCIALISTA O PAPEL HIGIENICO ?


Esa extensión de tierra natal o adoptiva, ordenada como nación, que nos pertenece por vínculos históricos, afectivos o jurídicos, esa patria que llevamos en el corazón desde el día que nacimos, esa Venezuela cuna de nuestra existencia, está siendo desmantelada por los caudillos del socialismo del siglo 21. Fidel Castro acuñó su célebre frase “ Patria o muerte, venceremos” y después de décadas el régimen ha sembrado la muerte a un pueblo que no se conforma con la derrota. En la nación bolivariana, Hugo Chávez, su delfín político, juró por una patria, un socialismo o la muerte, para luego, al sentir la cercanía de su fin, proponer una patria socialista y la victoria. Desafortunadas han sido las patrioteras declaraciones de los líderes de la revolución, Nicolás Maduro afirmó ante el desastre que tiene encima, que si no le ponen freno a la corrupción, se va a tragar a la patria y que en el país no hay escasez, que sólo es una campaña psicológica para banalizar la idea de la patria. Elias Jaua, jefe de la diplomacia, en un destemplado discurso aseguró que la patria no se mide en un anaquel de un supermercado,  sino en la conciencia de los que habitan una nación, llegando al climax con una pregunta que retumbó en los oídos de los habitantes, ¿ Ustedes quieren patria o papel toilet ?. Recordemos que a la patria la hace grande la calidad de vida de sus pobladores y que en los pricipios fundamentales de la Constitución, el Estado tiene entre otros fines esenciales, la promoción de la prosperidad y el bienestar del pueblo. Pareciera que para asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la comunidad, el gobierno utiliza la ley fundamental como papel sanitario. Como para el canciller, el problema de la grave escasez no puede conpararse con el valor supremo de tener patria, a partir de este momento y con un profundo dolor en el pecho, opto por declararme apátrida.