Monday, July 25, 2016

ALEVOSA EMBOSCADA

                       



Sin haberse disipado el dolor causado por las víctimas de los recientes atentados, una traicionera celada segó la vida a cinco policías blancos, durante una marcha pacífica convocada para protestar por la muerte de dos afroamericanos a manos de la policía. La masacre, que hirió de muerte a la estrella solitaria, ocurrió en Dallas (Texas), la ciudad donde fue asesinado por un francotirador el presidente John F. Kennedy. 
Las averiguaciones de esta matanza apenas comienzan y tomará un tiempo prudencial para que conozcamos el trasfondo de este horrible crimen racial, ejecutado por Micah Johnson, un afroamericano, veterano de la guerra de Afganistán. 
Mientras las autoridades indagan, deploramos desde el fondo de nuestro corazón este malévolo atentado perpetrado a sangre fría, reprobamos el manido planteamiento que los fines justifican los medios y nos oponemos categóricamente a la descontrolada venta de fusiles de asalto a la población civil. 
El odio no es el arma idónea para dirimir posiciones encontradas, disparar balas a mansalva no soluciona los problemas entre los seres humanos, así como la venganza tampoco cicatriza las heridas raciales. Es preciso que el amor y la tolerancia imperen entre los hombres y mujeres de buena voluntad, para lograr edificar un pacífico y justiciero mundo mejor.


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